En la entrada principal de la hermosa ciudad de Castro, capital provincial de Chiloé, se revela un contraste impactante que no podemos pasar por alto. Mientras que el lado izquierdo de la calle O’Higgins deslumbra con terrazas y mejoras arquitectónicas que podrían adornar una postal turística, el lado opuesto cuenta una historia totalmente diferente y desalentadora.

En el lado derecho de la misma calle, una vereda destrozada y un cráter, como una herida abierta en la única ruta peatonal de esa avenida, pintan un panorama peligroso y desolador. Este punto neurálgico no solo es una condición insegura sino que también es altamente propenso a provocar accidentes graves.

La preocupación y molestia de los ciudadanos son palpables. La vecina Gladys Aguilera Nain, consternada por la situación, expresó

Hacemos un llamado urgente a las autoridades competentes para que presten atención a este hecho irregular. Es imperativo que se tomen medidas inmediatas para solucionar este problema, no solo por el bienestar de los residentes, sino también para garantizar la seguridad de los turistas que ingresan a nuestra ciudad.

Este llamado a la acción no solo es una petición de la comunidad, sino una necesidad urgente para mantener la integridad y accesibilidad de esta importante arteria de nuestra ciudad. La entrada a Castro, la cara visible del turismo en Chiloé, no puede permitirse esta situación precaria. La seguridad y el bienestar de todos dependen de una pronta intervención y solución por parte de las autoridades correspondientes.